A ejemplo de nuestros primeros Padres, que cultivaban unas relaciones sencillas con el Dios simplicísimo, el estilo de vida de los hermanos sea sencillo y frugal.
 


En la casa de Dios todo esté dispuesto de acuerdo con la vida monástica, evitándose en todo la superfluidad, a fin de que la sencillez sea enseñanza para todos y aparezca claramente en los edificios y en en mobiliario, en la comida y en el vestir, e incluso en las celebraciones litúrgicas.


El monasterio sobresalga por su sencillez y belleza. Procuren los hermanos mantener cuidadosamente los alrededores del mismo y aprovechar racionalmente sus recursos naturales.
(ocso C.27)

 

 

     

 
TRABAJO MANUAL / GOZOSA AMISTAD